Ayer entramos en la semana 32 de mi segundo embarazo. Como ya he dicho en otras ocasiones, tan diferente al primero, ni mejor ni peor, diferente.
El lunes tuvimos visita con la ginecóloga, buen susto nos dieron, pues me pasaron a la sala para hacer monitores y yo diciéndole a la enfermera "¿Ya? Es muy pronto ¿no?" y ella me responde "No no, ahora ya cada semana" Yo que no me podía creer, pues recordaba que con Pol no había sido en esa semana si no un mes más tarde, volví a insistir "Estoy de 32 semanas, ¿no es muy pronto?" La enfermera me mira y dice "¿32? Que raro. Bueno ahora lo vuelvo a mirar pero ya que estás hacemos 10 minutos".
Fueron los 10 minutos más largos de nuestra vida, se me pasaban mil cosas por la cabeza, ya me veía ingresada por cualquier cosa, mi marido de los nervios diciendo "no estoy preparado, no estoy preparado", Pol que quería ver dibujos en el móvil y no hacía más que llorar,... Fueron 10 minutos de estrés máximo.
Vuelve a entrar la enfermera y dice "me he confundido, vístete y pasa con la doctora". No os imagináis lo que se me llegó a pasar por la cabeza, des de montar un pollo monumental por el rato perdido hasta coger las cosas e irme para casa.
Pasamos a la consulta de la doctora y bueno todo bien, com 32 semanas Martina ya pesa 2.060 gramos, por lo que parece que será grande y probablemente el parto sea antes de lo previsto si sigue así.Pero la doctora no le dio más importancia y dijo que en la siguiente visita ya hablaríamos.
Yo he perdido peso gracias a la dieta de la "posible diabetes" que estoy haciendo. Digo posible porque no me lo han confirmado, pero sigo con la dieta y los controles de glucemia diarios. Quien haya pasado por esto sabe de lo que estoy hablando. Un rollo cada día pesar lo que comes, 5 veces al día, imposible acabar con tanta comida al día, al menos yo no puedo.
A todo esto sigo trabajando, no sé cuanto aguantaré pues el dolor de espalda y un fabuloso dolor costal que ha hecho acto de presencia des de hace unos días me estan amargando la existencia en el trabajo. Intentaremos aguantar enero y a partir de ahí ya se verá.
Para no pasar por otro susto, ya tengo la ropita de Martina lavada, solo falta que llegue la bolsa que compré y poder hacer la canastilla, no sea que tengamos que salir corriendo. Bueno, faltan mis cosas, pero el viernes me pongo a ello.
Llevo unos días bastante estresada y he de decir que, así como en el primer embarazo, el parto no me preocupaba, en éste tengo algo de miedo, no sé a qué ni por qué, pero me causa más respeto. Sé que no será como el primero, donde no tuve dolor y aunque fueron muchas horas, no tengo un mal recuerdo de él. Tengo la sensación de que éste, no será lo mismo...(Espero equivocarme).
Pol sigue igual que siempre, un amor de niño, espero que no cambie. Ahora no deja de hablar,a su manera, pero no acaba de lanzarse del todo, pero bueno, ya llegará. Después desearemos que se calle. Cuando lo miro, recuerdo lo pequeñín que era y el sábado ya cumple 22 meses, cómo pasa el tiempo...
Bueno os dejo que si no me pongo ñoña.
¡Feliz semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario